Cuando los FAE son artificiales

Los fenómenos atmosféricos artificiales

Por: Rubén Tesolin


Experimentos en la alta atmósfera, cuyos efectos son visibles desde tierra y a grandes distancias de la zona, en la perpendicular del epicentro del experimento.
Comprenden los experimentos de generar artificialmente las nubes noctilucientes, con la finalidad de utilizarlas como superficies reflectantes de las señales de radar; las nubes de sodio, como siembra de nubes para acelerar la concentración de vapor de agua y la posterior precipitación; las nubes de potasio, como medio para generar una masa nubosa medible y estudiar el comportamiento de las corrientes en la alta atmósfera; etc.
A pesar de ser realizados por cohetes en la alta atmósfera, en el último caso, sus efectos son visibles desde tierra y en un radio de cientos de kilómetros, dependiendo de los vientos, nubosidad, iluminación del sol, la luna o de las nubes noctilucientes.
En estos tres casos, como ejemplo, se producen desde pequeñas a grandes nubes, muy concentradas, en otros casos difusas, que presentan colores blanco-azul, rojo, y verde; brillantes y fosforescentes, dependiendo de los compuestos químicos utilizados. Sus desplazamientos son erráticos y aleatorios, y están en función de variables como las indicadas anteriormente. En general, no pueden ser identificadas o reconocidas, si no es por personas calificadas.



Caída de Esferas Metálicas

El misterio de la esfera metálica que cayó del cielo en Namibia desatando un pánico considerable en la población y convirtiéndose en una noticia viral por toda la red, es con toda probabilidad un tanque de gasolina de un proyectil que se utilizaría para poner en órbita a satélites.
Se trata de un depósito de combustible para el almacenamiento de hidracina en los cohetes no tripulados.

La bola -vacía por dentro y "compuesta de una aleación de un metal conocido por el hombre", según comentaba el jefe de la policía científica Pablo Ludik- mide 35 centímetros de altura y pesa seis kilos. Se compone de dos hemisferios soldados entre sí. Se encontró en un cráter de 3,8 metros de diámetro y 33 centímetros de profundidad. Los científicos examinaron la esfera y llegaron a la conclusión de que era segura.






Las autoridades de Namibia avisaron a la NASA y la ESA para tratar de descubrir el origen del objeto. "Los aldeanos y la policía de la estación local escucharon varias pequeñas explosiones a tres millas de distancia y, cinco días después, se encontraron con la bola de metal", dijo Ludik. Los rumores en Internet comenzaron a expandirse de forma viral sugiriendo que podría ser evidencia de vida extraterrestre.

Aunque según informó Gawker, la bola lo más probable era un depósito de combustible para el almacenamiento de hidracina en los cohetes no tripulados. Un comentarista de Gawker proporcionó la información, diciendo que era un "39-litre hydrazine bladder tank", que por lo general "se utiliza en los cohetes no tripulados para el lanzamiento de satélites, lo que explicaría por qué están cayendo en una huella geográfica específica".

Numerosas bolas de diversos tamaños, han caído en el sur de África, Australia y América Latina en los últimos 20 años, según los informes, en todos los casos pertenecen a los sistemas de propulsión y ajuste de posición de motores, estos son los empleados por vectores, impulsores, cápsulas y satélites, y corresponden a la tecnología astronáutica convencional de la actualidad.



Las Nubes Noctilucentes
       
Una explicación para una característica extraña de las nubes noctilucentes–nubes finas,  que se asoman en el borde del espacio a 85 kilómetros de altitud– ha sido propuesta por un físico de plasma experimental del Instituto de Tecnología de California (Caltech), poniendo posiblemente las primeras piedras para resolver un misterio de largas décadas.
Las nubes noctilucentes, también conocidas como nubes brillantes nocturnas, primero fueron descritas en 1885, dos años después de la erupción masiva del volcán Krakatoa, una isla volcánica en Indonesia, enviando  con su penacho de cenizas y detritus material  hasta los 80 kilómetros en la atmósfera de la Tierra. La erupción afectó al clima y al tiempo globalmente por años y pudo haber producido las primeras nubes noctilucentes.






Los efectos de Krakatoa se desvanecieron finalmente, pero las nubes  de color azul-eléctrico inusuales permanecen, en una capa delgada de la Tierra: la mesosfera. Esta región de la atmósfera superior donde se está a 10.000 veces  menos que la presión al nivel del mar. Las nubes, que son visibles durante el crepúsculo profundo, se observan más a menudo durante los meses de verano en las latitudes a partir del 50º a 70º  norte y sur–aunque se han visto estos últimos años en lugares más al sur como  en Utah y Colorado.

Las nubes noctilucentes son un fenómeno de verano porque, curiosamente, la atmósfera a 85 kilómetros de altitud es más fría en verano, promoviendo la formación de granos de hielo que componen las nubes.
"La incidencia de las nubes noctilucentes parece aumentar, quizás debido a el calentamiento del planeta " dice a Paul M. Bellan, profesor de Física aplicada en Caltech.






Hace veinticinco años, investigadores en el Póker Flat, Alaska, descubrieron que las nubes eran altamente reflexivas al radar. Esta característica inusual ha desconcertado a largo de los años  a  los científicos. Bellan, informó en agosto pasado en  la revista Journal of Geophysical Research-Atmospheres,  que ahora tiene una explicación: los granos de hielo en las nubes noctilucentes (poco reflectores a las señales del radar) están cubiertos con una película fina de metal, hecha de sodio y de hierro. La película metálica  causa que las ondas del radar reflejen las ondas  de la nube de una forma análoga a cómo las radiografías reflejan de un enrejado cristalino, aumentando por lo tanto su capacidad reflectora.

Los átomos de sodio y de hierro se recogen en la atmósfera superior después de ser esparcidos por de micrometeoros entrantes. Estos átomos de metal  se colocan en una capa delgada del vapor que se asienta apenas sobre la altitud en la cual las nubes noctilucentes se desarrollan.
Los astrónomos han estado utilizando recientemente la capa de sodio para crear estrellas guías artificiales, guías de láser adaptativa para los telescopios ópticos que quitan los afectos que distorsionan por la turbulencia atmosférica y así producir imágenes del cielo más claras.

Las medidas de la densidad de las capas de vapor de sodio y de hierro demuestran que el vapor de metales disminuye en cerca del 80 por ciento cuando las nubes noctilucientes están presentes. "Las nubes noctilucientes se han mostrado que actúan como un capturador en vuelo de los átomos del sodio y del hierro, "  dice Bellan. De hecho, en los experimentos de laboratorio, otros investigadores han encontrado que a las temperaturas muy frías  (- 123 grados de Celsius) dentro de las nubes noctilucientes, los átomos de vapor de sodio rápidamente se depositan en la superficie del hielo para formar una película metálica.
"Si usted tiene granos cubiertos de metal de hielo en nubes noctilucientes, la reflectividad de la señal de radar puede llegar a ser enorme" dice. “Esta reflectividad no es la suma de las reflexiones de los granos individuales del hielo, que no producirían una reflexión muy grande. En su lugar, lo qué sucede es que las ondulaciones en la nube de los granos cubiertos de metal del hielo reflejan al unísono y se refuerzan, algo como un ejército que marcha en fila y un paso común a través de un puente causando al final un puente vibrante."



La Siembra de Nubes

La siembra de nubes es una forma de modificación del estado del tiempo. Se utiliza para dispersar la niebla, suprimir el granizo, controlar los vientos, y más frecuentemente para aumentar la precipitación. La siembra de nubes es en realidad un proceso sumamente complejo. En términos simples, introduce nuevas partículas en una nube para que cumplan la función de núcleos de condensación y ayuden a formar precipitaciones. No siempre tiene éxito, pero en ocasiones se ha logrado un aumento del 10% en las precipitaciones. Para que este proceso funcione es necesario que las nubes cúmulos tropicales, o en realidad cualquier nube, contenga agua súper enfriada. El congelamiento se induce introduciendo una sustancia en la nube, como por ejemplo yoduro de plata, que tiene una estructura cristalina similar a la del hielo. En la nubosidad de las latitudes medias, la estrategia común para esta siembra se basa en que la presión del vapor es menor sobre el agua que sobre el hielo. Cuando se forman partículas de hielo en las nubes súper enfriadas, éstas crecen a expensas de gotas líquidas y se vuelven lo suficientemente pesadas como para caer en forma de lluvia desde nubes que de lo contrario, no producirían ninguna precipitación.

Las sustancias más comunes utilizadas para la siembra de nubes son el yoduro de plata y el hielo seco (dióxido de carbono congelado). La expansión de propano líquido en gas también se ha utilizado y puede producir cristales de hielo a temperaturas más cálidas que el yoduro de plata. El uso de materiales higroscópicos, tales como la sal, sodio y potasio, está  aumentando en popularidad debido a algunos resultados de investigación prometedores.






Ejemplos en Sudamérica:

La fuerza aérea, en Venezuela, está efectuando estos procedimientos con aeronaves especialmente equipadas, las cuales presentan en sus alas un sistema de tuberías que permiten el rociado de compuestos como el yoduro de plata.
Dichos compuestos químicos son inofensivos y dependiendo de las condiciones atmosféricas producen efectos visuales, relativos a la perspectiva de visión desde tierra, similar a los espejismos, que pueden dar lugar a malas interpretaciones.
“La siembra de nubes” es una técnica aérea o terrestre normalmente utilizada para incrementar las precipitaciones. A través de este procedimiento “se afecta a las nubes tipo cumulonimbus, de alto desarrollo vertical y que tienen tendencia a precipitar, para que lo hagan en mayor grado”, explicó el Ministro del Ambiente.
Por último, resaltó que actualmente se está aplicando esta técnica de forma aérea (rociándolas con yoduro de plata) en la cuenca del río Caroní en el estado Bolívar. También se está realizando esta práctica con generadores terrestres colocados en las montañas de la cueca de Uribante Caparo en el estado Táchira y en el sector Tuy del estado Miranda se reliza de ambas formas.






La III Región hacia el sur de Chile, permitió registrar importantes avances en el programa de "siembra de nubes" que coordina la Comisión Nacional de Riego (CNR), del Ministerio de Agricultura, con la finalidad de aumentar las precipitaciones en las zonas con escasez hídrica.
"Se aprovecharon todas las instancias para realizar el bombardeo, ya que tenemos un monitoreo constante que nos permite saber dónde y cuándo se dan las condiciones necesarias para realizar las siembras. En esta oportunidad pudimos realizar las siembras en la Provincia de Huasco y sobre el río Copiapó", puntualizó un funcionario.  
A su vez, destacó que "a la fecha, en la Región de Atacama se han realizado 8 vuelos, registrándose en total más de 11 horas de bombardeo de nubes con yoduro de plata".  
Cabe recordar que se han completado más 20 horas de siembra en Coquimbo, 284 en Valparaíso y 385 en 0'Higgins.
El objetivo de esta iniciativa, financiada con el aporte del sector privado y los Gobiernos Regionales, es elevar en al menos un 10% las precipitaciones de un año y así aumentar las reservas de agua.



Las Nubes Coloridas

La NASA ha creado extrañas nubes de colores a gran altitud con el objetivo de medir los vientos en las auroras boreales mediante gases expulsados desde dos cohetes de sondeo lanzados desde Noruega. Esta es la respuesta a las misterioras luces que vieron miles de noruegos, muchos de los cuales publicaron instantáneas del insólito efecto visual que despertó todo tipo de elucubraciones, incluos que se trataba de extraterrestres.

La misión AZURE (Auroral Zone Upwelling Rocket Experiment) ejecutada el 5 de abril, está diseñada para realizar mediciones de la densidad atmosférica y la temperatura con instrumentos en los cohetes y desplegando trazadores de gas visibles, trimetil aluminio (TMA) y una mezcla de bario/estroncio, que se ioniza cuando se expone a la luz solar. Los vapores fueron liberados sobre el mar de Noruega a 114 a 241 kilómetros de altitud.

Estas mezclas, que utilizan sustancias similares a las que se encuentran en los fuegos artificiales, crearon nubes coloridas que les permiten a los investigadores rastrear el flujo de partículas neutrales y cargadas con el viento auroral.






Al rastrear el movimiento de estas nubes coloridas a través de fotografías en tierra y triangular su posición momento a momento en tres dimensiones, AZURE proporcionará datos valiosos sobre el flujo vertical y horizontal de partículas en dos regiones clave de la ionosfera en un rango de diferentes altitudes.

A esa altura sobre la Tierra, el "aire" es extremadamente delgado y estas nubes de vapor se dispersan rápidamente y siguen los vientos que pueden moverse a unos pocos cientos de kilómetros por hora.

Científicos de Estados Unidos, Noruega, Japón, Canadá y otros países colaboran en este proyecto para investigar la física del calentamiento y la precipitación de partículas cargadas en esta región llamada cúspide geomagnética, uno de los pocos lugares de la Tierra con fácil acceso al viento solar cargado eléctricamente que impregna el Sistema Solar.